Una pizca de memoria


Autor, Pepe del Río

Malillos de los Oteros del Rey

Malillos forma parte de ese grupo de 22 pueblos que tienen reconocido oficialmente su apellido "de los Oteros".

Otero podría llamarse a un alto o altozano en mitad de una llanura y desde el que se divisa una gran superficie. A este respecto, oteruelo es un alto pequeño. El apellido de nuestro pueblo inicialmente era "de los Oteros del Rey" pero con el tiempo se acortó, quedando "de los Oteros".

En la época de la invasión musulmana para alertar a la población de la aproximación del enemigo, desde lo alto de estos oteros se gritaba a viva voz "que vienen los moros", o también, a veces, se utilizaba un cuerno de vaca como bocina de alarma. Luego, a toda prisa, recogían el ganado y los aperos y se encerraban a cal y canto en casa hasta que la amenaza desaparecía.

Magrada

Magrada (nombre este resultante de la alteración o adulteración del término Magreb) era una fuente que se hallaba al norte de Malillos entre dos caminos de carro, en dirección a Mansilla de las Mulas. Emanaba agua continuamente y originó la laguna del mismo nombre. El afloramiento de esta fuente se componía de 4 bloques de piedra tallada, bien escuadrados por lo que pudiera ser que lo construyesen los moros. Al borde de esta fuente y laguna se hizo un corral de tapial de 2 metros de alto y unos 400 metros cuadrados de espacio interior, que se llamó el Corral de Magrada. Ambas, la fuente y la laguna, quedaron sepultadas tras las obras de nivelación del nuevo regadío. Durante estos trabajos fue precisamente cuando se descubrió que esta fuente conectaba con una canalización subterránea de sección triangular, formada por un ladrillo en la base y otros dos laterales en ángulo (hacia arriba), por la que debía circular el agua pero cuya salida hacia una madriz de desagüe habían destrozado con estas obras y ello provocaba una gran humedad en parte de la nueva finca de riego, problema éste que hubo de ser corregido posteriormente.

Laguna y fuente de Magrada

Cómo surgió el primer pozo artesiano de Malillos?

En Malillos, hace mucho tiempo, se abastecían de agua mediante pozos particulares cavados en corrales y huertos.

Recuerdo un pozo de unos 2 metros de diámetro construido en la pendiente de la finca que linda con la hoy Casa del Pueblo y que al llover, el agua escurría y desembocaba en el citado pozo, con lo cual se quedaba embarrado todo su contenido. La oí decir a mi abuela que para utilizar ese agua en la preparación de las sopas de ajo y el resto de comidas, debían primero filtrarla varias veces con trapos.

Mi bisabuelo y padrino, Pepe Ríos (José del Río Bermejo), era un hombre muy dado a relacionarse con otros. Conoció al maestro de Villimer y allí llevó a mi padre Agustín para que le enseñase y aprendiese todo lo necesario. Este maestro gestionaba el chalet y propiedades de Gumersindo de Azcárate, gran político leonés.

Esa inclinación a relacionarse con gente famosa le llevó a conocer al también político leonés, Mariano Andrés. En una ocasión, allá por 1.920, se celebraban elecciones a diputados, se reunió con él y le dijo que si hacía el pozo artesiano de Malillos tendría el voto de todos los vecinos de esta localidad pues haría campaña a favor de él. Celebradas las elecciones, Mariano Andrés, que luego tendría una calle con su nombre en León, fue elegido diputado y Pepe Ríos, mi bisabuelo, fue a León a felicitarle y le dijo que ya no tenía que hacer el pozo, porque de los votos de Malillos, hubo uno que resultó en contra. Mariano Andrés le dijo que daba igual y que le haría el pozo igualmente y así lo hizo. Luego, en cualquier ocasión, le pedían los viandantes a Pepe Ríos que les echase un discurso, a lo que era muy dado, y yo aquí recuerdo uno:

Porque tenéis que estar unidos, porque de la unión nace la fuerza y mirar sino:

Quién inventó el pozo artesiano?

Pepe Ríos

Quién lo hizo?

Basilio Testera

Quién lo pagó?

Mariano Andrés

¡ Vivan los tres !


Y alrededor de ese artesiano se hizo un lavadero de cemento para que lavasen la ropa las mujeres y también otro pilón para que bebiera el ganado.

Artesiano de Malillos de los Oteros
Mariano Andrés Lescún
Gumersindode Azcárate

El segundo artesiano

Hace 70 años aproximadamente, mi padre hizo un pozo artesiano en lo que llamamos La Huerta, a unos 130 m del artesiano del pueblo. Aconteció que el pocero de Mansilla de las Mulas, Basilio Testera, al llegar a los 70 m de profundidad cortó el agua de este último y la gente fue a quejarse. Él les dijo que no se preocupasen, que esa misma mañana quedaría solucionado el problema y tendrían agua de nuevo.

En el pozo de mi padre surgió la corriente de agua a 90 m y gracias a ello se creó una impresionante huerta con 310 árboles frutales y un estanque que se utilizaba para regar por gravedad y que aún puede verse hoy. Poco después la familia Pastrana hizo otro pozo artesiano en su finca del Reguero. Actualmente, ambos se han secado.

"La Huerta"

El hallazgo de agua en la zona sur, entre Malillos y las bodegas

Mi padre Agustín decidió hacer un pozo en esa zona. No sé cómo se le ocurrió esta iniciativa pero sé que tenía la cualidad (el don) de la radiestesia y un reloj de cuerda o cadena redondo con el que era capaz de detectar las aguas subterráneas. Sucedió que en el pico o esquina de esa tierra suya el reloj se movía visiblemente y decidió, días después de haber acabado la siembra y la vendimia, hacer un pozo a pico y pala. Tenía un criado y le encargó que empezara el pozo en el pico de la finca donde el reloj detectaba algo. Recuerdo que mi abuelo Domingo le reprochaba a su hijo Agustín que decidiese hacer el pozo en el pico de la finca y no en el centro de la misma porque así el recorrido para regar hubiera sido mucho menor.

Una anécdota, al hilo de esto: Los domingos al salir de misa los hombres se reunían al frente de la Iglesia a charlar e intercomunicarse. Uno de esos domingos, yo, Pepe, oí y recuerdo, que Saturio vecino del otro barrio voceó este argumento "mira que tiene coj*****, por no tener al criado parado y descansado le manda hacer un pozo ahí arriba", es decir del otro barrio (barrio sur) hacia las bodegas.

Se continúo con el pozo y a los 3 o 4 m de profundidad surgió una corriente de agua tan fuerte que no se podía enladrillar debido a que todo lo que ponías te lo arrastraba. Entonces mi padre hizo una horma/molde de madera para fabricar bloques más grandes compuestos de grava, arena y cemento, los cuales ya no fueron arrastrados. A día de hoy estos bloques siguen conformando la pared del pozo hasta la superficie. Estos adobes de cemento los hicimos mi padre Agustín y yo en la laguna Iciebre. Conocido ese hallazgo de agua, la sangre de la tierra, se hicieron de inmediato más de 40 pozos que todavía persisten. Yo sospecho que esas corrientes subterráneas son las que surten la fuente romana de Malillos. Los pocos pozos que había al norte del pueblo, hacia Mansilla, apenas daban un poco de agua y se secaban muy pronto, por eso se abandonaron todos.

Revestimiento

Bodegas con pozo interior

Las bodegas fueron excavadas en una llanura, entrándose al lagar y a los cubos por un pasillo en pendiente hacia abajo y cada año, una vez bebido o vendido el vino contenido en las cubas, había que lavarlas y limpiarlas con agua pero para ello había que llevar ésta en garrafones o pellejos que se llenaban del artesiano, para luego a continuación cargarlos en el carro y llevarlos a las bodegas a 2,5 km. Esto era un trabajo duro porque amén del peso había que bajarlo por la pendiente de entrada hasta donde estaban las cubas y se lavaban dos o tres veces tirando el agua de cada lavado al hoyo que había delante de la cuba. Recuerdo que un año, después de vendimiar y sembrar, mi padre y el criado que tenía (no recuerdo ahora su nombre, pero tenía dos hijos dedicados a la construcción y que viven en Valencia de Don Juan), iniciaron un pozo dentro de nuestra bodega en un cubo en el que no tenía cuba alguna y ocurrió que a la profundidad de 3 m surgió un agua clara y abundante, con lo cual se acabó el tener que transportarla desde Malillos. A raíz de ese hallazgo varios vecinos iban a por agua a nuestra bodega con calderos y garrafones. Algunos otros propietarios de bodegas hicieron también su propio pozo, entre otros la familia Pastrana y la familia de mi tío (padre del veterinario Daniel). Nuestro pozo se enladrilló desde la base hasta 2 metros por debajo del borde. Hará unos 20 años, Amando, vecino de Reliegos, y yo, lo enladrillamos hasta la altura del suelo del cubo y aún sigue perfectamente conservado.

Pozo en bodega

El patrimonio perdido

Lamentablemente realizada fue la obra de la iglesia de Malillos, siendo los promotores de esta el alcalde pedáneo y el señor cura, que ejercían por entonces (1.973)

Nuestra iglesia tenía un altar mayor desde dónde se decía la Santa Misa y que ocupaba toda la parte frontal. Este constaba de una parte central y los laterales, a su derecha e izquierda, con muy variadas esculturas talladas y policromadas, de las que hoy solo queda el Apóstol Santiago, patrono del pueblo. En el lateral de la izquierda a unos 20 metros del altar del centro había otro altar con una imagen-escultura central y otras dos laterales. La central estaba enriquecida y flanqueada por dos columnas salomónicas cubiertas de pan de oro. Frente a este altar en la pared derecha del templo estaba el púlpito, desde el que el señor cura emitía su oratoria, y dos esculturas muy bonitas. Al fondo de la iglesia estaba el coro, al cual se accedía por una escalera que estaba en su lado norte y desde donde presenciaban la misa los mozos y algún otro.

Pero retiraron todo. Había en la torre dos grandísimas campanas de bronce; todo ha desaparecido. Lo vendieron a anticuarios? Lo cedieron al obispado?

Había en la Iglesia una gran cruz de plata que por temor a ser robada se depositó en el museo del Obispado, en el antiguo seminario situado frente a la Catedral de León, donde yo he ido dos veces ya a visitar esta joya de inmenso valor.

Cruz del S. XVIAndrés Rodríguez